Biografía
Emma de Mascheville, conocida como Dona Emy, nació en Heimhausen, Baviera, en el sur de Alemania, pero su primer idioma fue el italiano, ya que vivió sus primeros años en Monte Veritá, junto al lago Maggiore, en el norte de Italia y el sur de Italia, Suiza. Estuvo en Hungría y pasó su juventud moviéndose de pueblo en pueblo en Alemania. Estudié en Hungría y pasé mi juventud mudándome de pueblo en pueblo en Alemania. Estuvo en Hungría y pasó su juventud moviéndose de pueblo en pueblo en Alemania.
Su venida a Brasil, acompañando a su familia, de temporal, se convirtió en definitiva cuando conoció en Curitiba a su futuro esposo, amigo de su tía, a los 22 años. Con Cedaior, su marido, comenzó el estudio de la astrología, que se hizo cada vez más profundo. Con Cedaior, su marido, comenzó el estudio de la astrología, que se hizo cada vez más profundo.
Los cerca de 10.000 horóscopos que calculó e interpretó muestran su pensamiento vigoroso, aunque cálido y dialógico, recordado por sus clientes, alumnos, amigos, familiares y curiosos, reflejado en miles de páginas mecanografiadas, manuscritas o grabadas y, sobre todo, en largas conversaciones, dos horas con cada persona por lo menos.
Como Sócrates en Grecia, su gran esfuerzo, a través de la astrología, fue buscar el “Conócete a ti mismo”, hablando con la gente, tratando de ayudar a cada uno a llegar a comprenderse a sí mismo y, por tanto, a sus propios problemas, a las cosas de la vida y, finalmente, a llegar a comprender a los demás.
En consecuencia, su principal preocupación era el niño y la educación. La forma astrológica de entender a las personas como niños, como jóvenes, como adultos.
La madre, comprendiéndose a sí misma, a través de la astrología, podrá también comprender mejor a sus hijos y, así, darles una educación más adecuada.
No especuló a través de libros y teorías. Meditó sobre cálculos y estadísticas de miles de horóscopos. Experiencias diarias con decenas de personas y situaciones, a veces cientos. Empezando por su propio horóscopo, la observación de sus siete hijos, las personas más cercanas a ella por las confidencias y exabruptos, informes y exposiciones de sus clientes, preguntas de los alumnos, desafíos de sus críticos o personajes escépticos, que no la dejaban volar, en imaginación infundada.
Ensayó aforismos de la tradición árabe, afirmaciones del saber medieval, interpretación de la tradición clásica, curiosidades orientales, dichos de la tradición popular, en el campo de la astrología.
Mantuvo siempre una actitud acorde con el método científico: observar, sin demoler, la tradición en la fase de comprensión y comprensión.
A lo largo de miles de días y horas de entrevistas con sus clientes y conversaciones con sus amigos y familiares, ha acumulado una vasta colección de información, cada día más precisa, cada día más profunda, cada día más sabiamente transmitida, que se reflejan en sus escritos u obras grabadas, o impresas en la memoria de miles de mentes y corazones.
Cada cliente a ser consolado trajo una mayor colección de conocimientos para ser asimilados por Emy, preparándola más sabiamente para el servicio del próximo consultor. Siempre estuvo agradecida con quienes le enseñaron a través de la vida, libros, hechos, cálculos, reconociendo siempre la Mano de Dios que la guiaba hacia personas o instrumentos que le permitían ayudar a los demás, que le facilitaban el crecimiento en su conocimiento de la astrología de una forma saludable y no egoísta. Su gratitud fue hacia todos los que mencionó o simplemente mantuvo en la memoria.
Él buscó devolver la Mano de Dios. Si durante un período de su vida cobró profesionalmente por su supervivencia y la de sus familiares, en cambio, a muchos los cuidó gratis, no dejando que nadie se marchara sin un consejo astrológico.
Para Emy, la astrología fue una gran aventura que vivió toda su vida, lo que le dio una inmensa riqueza de vida. A través de la Astrología, entendió que todos tenemos nuestros sufrimientos y nuestras alegrías, pero que el plan para distribuir estas oportunidades, para una vida más apretada o una vida más relajada, varía de persona a persona.
Santo Tomás de Aquino dice que es lícito al hombre conocer los planes de Dios a través de la astrología. A través de este arte, ciencia y técnica, podemos ver que Dios es justo, porque Dios nos trae la evidencia en el momento adecuado. Y el gran Reloj, en el que se marcan estos momentos, está en el Cielo, donde se mueven las constelaciones, los signos, el Sol, la Luna, los planetas, las estrellas, los cometas, los asteroides, las estrellas fugaces.
Y así Emy, en la búsqueda de la unión de la fe y la ciencia, encontró la manera de explicarse, de hacerse entender y de ver la Belleza de la Justicia Divina y la Bondad de Dios, a los demás, a las madres, a los jóvenes, a los futuros generaciones, a través de la astrología.
Aor de Mascheville