Astronomia vs Astrologia

En palabras de Doña Emy:

“Quienes estudian y observan la Astrología se asombran del conocimiento y la sabiduría que ya tenían los pueblos antiguos sobre la relación entre las vibraciones cósmicas y la vida humana.

La prueba de este conocimiento la tenemos en la simbología y en los nombres dados a cada cuerpo celeste. Lo que la ciencia moderna considera como la imaginación de los pueblos primitivos se revela al estudiante observador como una sabiduría profunda.

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Hoy la Astrología de los antiguos resurge y encuentra muchos adeptos y enemigos. Es necesario conocer la razón de los que atacan, así como de los que la profesan, porque al ser una ciencia, necesita ser analizada y no se puede creer sin observar los hechos.

Los opositores a la Astrología, basándose en datos astronómicos, declaran con razón que es una teoría y una filosofía falsa, porque las posiciones han cambiado, evolucionado, y que es absurdo declarar que una persona nació bajo el signo de Aries, cuando en que en estos momentos el Sol se encuentra en la constelación de Piscis o Acuario.

Cualquiera que observe la reacción en la vida humana cuando el Sol está en esta posición, ve que en realidad manifiesta Aries y no Piscis, confirmando la antigua teoría astrológica, aunque el Aries de hoy es diferente al de hace 2.000 años. Ambos tienen razón.

Los pueblos antiguos observaron los fenómenos de la naturaleza en correspondencia con los acontecimientos de la vida humana, y crearon en su imaginación dioses buenos y malos, considerando las influencias que nos llegarían desde el exterior.

Hoy concebimos la existencia de la Unidad de vida, aunque su manifestación es una en su esencia.

El fenómeno astrológico, contradiciendo los hechos astronómicos, solo puede entenderse de la siguiente manera:

Los antiguos consideraban que la energía cósmica venía de fuera de nosotros (punto de vista astronómico), mientras que también irradia desde dentro de nosotros (punto de vista astrológico).

Donde hay vida, hay vibración y radiación y, en consecuencia, cada cuerpo tiene una esfera de energía radiante y sensible a su alrededor.

Lo que llamamos las 12 vibraciones zodiacales diferentes son los campos magnéticos alrededor del Sol, que irradian hacia las constelaciones, o Zodíaco Sideral.

La Tierra también tiene esta misma esfera de sensibilidad que la acompaña como un aura, ya la división de esta la llamamos los signos zodiacales, o Zodíaco Matemático.

El ser humano también tiene una sensibilidad a la vida que irradia, que son las 12 casas del horóscopo.

Imaginemos, pues, tres centros irradiando Luz como si fueran focos: El Sol, con un movimiento de casi 26.000 años, debido a la precesión de los equinoccios; la Tierra, con una traslación de 365 días, y el ser humano, dependiendo de la rotación en 24 horas.

Las 12 manifestaciones diferentes del zodíaco son el espectro de la vida, irradiando de cada uno, Sol, Tierra, hombre e infiltrándose entre sí.

Comprendemos entonces las constantes vibraciones de esta manifestación de la esencia de Vida o Luz, que existe en toda forma de vida humana y terrestre. El estudiante llegará en sus observaciones, al entendimiento de que a pesar de la infinidad de manifestaciones de la forma, la esencia de la Luz es una.

Para probar la astrología, por el momento solo existe la estadística de las observaciones y, antes de publicar algunos artículos sobre las influencias astrológicas de nuestro tiempo, queremos dar esta explicación: aunque la lógica astronómica tiene razón, la observación astrológica también tiene razón.

La diferencia entre los dos radica en el punto de vista de la irradiación y la recepción.

Así, los sobresaltos, los errores y los sufrimientos no son “desgracias” provocadas por Fuente de Luz, sino lecciones y experiencias a través de las cuales, poco a poco, llegamos a comprender los dos polos de nuestra vida.

El origen del fenómeno de la Astrología no puede buscarse en las constelaciones, sino en la Esencia de la Vida, en la Luz, origen de toda manifestación de la materia, creando alrededor del Sol campos magnéticos que se dirigen a las constelaciones; alrededor de la Tierra, campos magnéticos que los astrólogos llamaron signos zodiacales; y alrededor del hombre, lo que llamamos las 12 casas de un horóscopo.”

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